COMO SI TODO HUBIERA SIDO


PALABRAS AL VIENTO

                      I

Le dijimos que fuera por la vida

Desocupado y libre.

Que imitara a las aves, le dijimos,

(ellas vuelan por el aire  sin pensar  en lo que comerán).

Pero él no abrió sus alas

Por  espanto  al cazador.

                         II

Que   observara  a los  lirios del  campo , le dijimos ,

Siempre hermosos y cubiertos de colores.

(Cuánto más ,  tú  , que eres más grande que la flor)

Pero él   se  vio a sí mismo

Pobre y desplumado en las aguas

Del río  en el que se   miró.

                        III

Ni la casa, le dijimos,   ni el dinero;

Menos  la mujer del otro   has  de codiciar.

(No las mires o estarás en adulterio)

Pero él abrió  sus ojos  cada vez que las amó.

                           IV

Nada de perjurios, le dijimos.

(Cumplirás tus juramentos y amarás al prójimo).

Pero él  hacía  una  promesa  en cada frase

Jurando que “ahora sí” .

.                         V

Que debía  vivir en el presente, le dijimos:

Nada de   nostalgias ni melancolías.

(El ayer no existe y el mañana no ha llegado)

Pero él vivió añorando el nido

Y escuchando profecías

                       VI

Esas y otras cosas le dijimos

Para evitar el estropicio

Pero él dejó que las palabras

Se las llevara el viento.

JUNTOS

Se conocieron

Y pensaron que era cosa del destino.

Ella caminaba en el aire,

El tropezaba  con las piedras.

Sus parientes  les dijeron :

“ustedes no se parecen en nada, excepto en el rostro”

Y a pesar de que no estaban hechos el uno para el otro

Se fueron   a vivir contentos

En aquella casa  junto al río.

Y juntos estuvieron

Ella no  tenía la costumbre de mentir

El nunca había  dicho  la verdad

Pintaron juntos las paredes 

Y juntos criaron a los hijos

Que hubieron de tener

Al despertarse, ella    bajaba de la cama

Tarareando melodías que no existen

Por las tardes él  volvía del trabajo

Silbando aquellas sinfonías

Pero no  estaban hechos el  uno para el otro

En las noches que abrazados miraron hacia el cielo

El no advirtió  las estrellas que ella vio caer

Con los años él  decía :

“Te conozco;  a ti te pasa algo”

Ella  respondía :  “ no me pasa nada”,

Y mascullaba     “tú no me conoces”

Juntos los sorprendió  la inundación

El terremoto y la sequía

Y a pesar de que arrancaron cada uno por su esquina

Volvieron a encontrarse en medio de las ruinas

Pero no estaban  hechos el uno para el otro

Cuando ella consiguió que él dijera   la verdad

El debió inventar mentiras

Para que ella no sufriera.

Y aconteció  que envejecieron juntos.

En su lecho de enfermo él le  dijo :

“Al caminar , tu cabellos ondulaban al compás de tus caderas”

Y agregó, en un susurro : “Ya no te  quiero, es cierto,

Pero cuánto te  quise”

Ella lo arropó y  besó  su frente ardida.

“va a morir , hablando con palabras de otros” ,- pensó–

Y lo hizo dormir ,  tarareando una  melodía  inexistente

Cuyos sonidos y silencios él ya   conocía.

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SECRETOS

Hay  secretos que no se sabe cuándo

Saldrán del nudo ciego en que dormían

Y palparán sin ver el mediodía

Y sin saber quién los está mirando

Abominables son y van cantando

La redondez del seno que cabía

Apenas en mi mano y juraría

Que también cantan lo que estuve hurtando

Lo que mentía , cantan, lo que amaba

Y lo que  mis narices olfateaban

Cuando abrías tu sexo florecido

Son secretos  que no se sabe cómo

Andarán  con fogosidad y  aplomo

Cuando los dé por muertos y extinguidos.

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FULANA DE TAL

Hoy supe que ha muerto fulana de tal.

Que se ha desangrado  en su cama,

que el tipo que yace desnudo a su lado

-un amante casual-

habría bebido en exceso y tendría en su sangre

las huellas del mal .

“Cazadora furtiva”, dice la prensa que fue,

y relata con lujos sus formas de acoso,

su hambre y su celo; relata también

sus trucos de magia, el poder seductor

que rendía a sus presas

hasta que,  al fin,

procedía a morderlas con  lenta  fruición .

No supo de remordimientos, leo,  al final,

y hay entrevistados que dicen

que lo que conservan darían 

por ser devorados por ella , otra vez.

Ha muerto fulana de tal.

Y tan pródiga que era,

tan larga de piernas, tan temperamental.

A veces volvía a   mi casa  después

de semanas  de lluvia,

volvía y movía la cola,

volvía y cantaba despacio en mi oído:

“abrázame fuerte, ,
muy fuerte, amor…
hasta que la muerte
nos abrace”

(Los 4 versos finales son un homenaje a Luis E. Aute)

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EL TIEMPO EN QUE ME AMASTE 

Dime,  tú,  cómo fue que comenzamos

Esta justa feroz y peligrosa.

Cuándo empeñaste altiva y belicosa

Las armas con que a veces desangramos.

Dime, tú, cómo fue que desarmamos

La tregua azul, el sol, la mariposa,

La campanada, el viento y tan hermosa

La casa aquella en  que nos adoramos

¿Dónde,  el tiempo en que me amaste, mujer;

cuando la luna  rodaba  por  tu piel,

y mi lengua lamía esa blancura?

¿Dónde estuve en aquel tiempo de la miel

Cuando me buscabas  por doquier                      

y era , mujer, un tiempo de locura?

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LAS MUSAS

Se han ido las musas,

corazón;

me han abandonado.

Hicieron adioses con sus manos

mientras caminaban

teatralmente hacia atrás.

Me dejaron solo

en medio de este cuarto,

corazón,

con los pies descalzos

sobre las maderas inundadas,

escuchando las goteras que ahora sí

encontraron todas las rendijas

de la casa y de mis huesos

mientras yo no atino

sino a recordar

a mis amadas musas.

 

COMO SI TODO HUBIERA SIDO

¿Y qué si nada queda

de aquello que antes era?

Como el pan de cada día, digo,

cercas y portones,

árboles frutales,

pastizales por donde el aguacero

regresaba cualquier día con su lluvia

a   pudrirnos    las cerezas,

dejando su  reguero de maderas rezumadas…

Para qué decir los humedales

y los labios besados en tu cuerpo:

todo aquello que antes era.

Pero también fueron metales;

digo, arenas del desierto

más árido del mundo , con vientos

de hasta cien  kilómetros por hora

que ora se levantan,

ora bajan y se entierran,

dejando a la intemperie

secas piedras del desierto.

Así de secos  otros  labios

besados en tu cuerpo.

¿Y qué si nada viene en adelante,

si nada ya me espera?

Larga caminata hemos tenido,

charlas a menudo repetidas:

lo mismo dices, lo mismo digo,

como si todo hubiera sido.

 

 

 

DICCIONARIO DEL DESPOJO

La palabra braga

no estaba en los vocablos

con los que te desnudé

a orillas de aquel  río ;

tampoco la palabra  boca ,

aunque  fue  mi boca  la que recorrió

a zancadas tu delgada desnudez

y escupió   apremiante   la   vulgar  verborrea

que en  desorden alfabético

hizo resbalar la ropa de tu cuerpo

aquella tarde.

Hoy tengo un diccionario

de palabras   cultas, casi finas,

para que no  te sientes   mancillada:

puedo pronunciar  , serenamente, “braga”;

repetirla varias veces , pero no sucede  nada.

Puedo decir “brasier” y  todo sigue igual .

Entonces  digo  en tu oído   las palabras  blasfemas

Y tus pequeñas prendas se precipitan desordenadamente.

EL VIAJE

Ya no vuelvo en esta vida al lugar de donde vengo

No quedan trenes a vapor que me lleven de regreso

La estación donde bajaba es un charco de cemento

En la casa en que fui niño

mis hermanos  contaban hasta diez

y corrían a esconderse . tarareando  una canción :

La mentira se parece a la verdad y  la verdad

es mejor que nos parezca una mentira  “

Pasó frágil la niñez, el brasero y los inviernos.

El viento   secó mi ropa.

Mi madre la planchó

y la dispuso en la maleta

con la que   emprendí   mi viaje .

Ya no vuelvo en esta vida al lugar de donde vengo;

se pudrieron los andenes,

mis amigos se esfumaron como el humo de los trenes.


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