Está bien: supongamos que el océano
golpea por las noches nuestras costas,
pretendiendo despertarnos la conciencia.
Está bien; supongamos que en la fría cordillera
se despiertan araucarias
y en sus verdes ramas canta la esperanza,
la esperancita,
chica, chiquita.
Está bien: supongamos que en las minas,
en los puertos, en los bosques y en las calles
la provincia se despierta un día de éstos,
¿qué pasaría,
qué cambiaría?
Arauco, cambiaríamos tu rostro,
doblaríamos la mano a la pobreza y a la muerte.
Arauco obligaríamos al bosque, al océano
y la tierra a repartirse entre su gente (bis )
Está bien: supongamos que el océano golpea
por las noches nuestras costas
pretendiendo despertarnos la conciencia.
Está bien: supongamos que en la fría cordillera
se levantan araucarias
y en sus verdes ramas canta la esperanza,
la esperancita,
chica, chiquita.
Arauco, cambiaríamos tu rostro…
(1980)