EL PADRE IGNACIO (Segunda parte)


Cómo pasa el tiempo…escribí unas notas en este blog sobre Ignacio hace ya 14 años y ahora vuelvo sobre ellas para complementarlas. Al releerlas pienso que “me quedé corto” al describir sus talentos y su ministerio, pero tuve miedo de que los lectores no me creyeran; que pensaran que todo era una exageración mía, que su compromiso, su fe, su sensibilidad, su amor a los más desposeídos eran un cuento…

Esta mañana, en mi casa, me detuve frente a un cuadro donde hay una imagen que él pintó el año 80 y que Gladys enmarcó para obsequiármelo cuando dejé Curanilahue. Es el rostro de Jesús, una acuarela que ya está descolorida y que quisiera renovar. Comencé a buscarla en internet, donde la experiencia me dice que se puede encontrar casi todo.  No di con la imagen, pero la inteligencia artificial me llevó hasta la región donde Ignacio vivió su niñez y ejerció su sacerdocio en los años previos a su llegada a Curanilahue. Me impresionó encontrar unos artículos donde se habla de él con tanta admiración y cariño. Y para quienes le recuerdan con afecto, así como para quienes tienen curiosidad por saber qué se dice de él allá, en ese lugar de Italia, les transcribo lo que encontré. Juzguen ustedes si en mi artículo   lo idealicé o si en realidad “me quedé corto” con el reconocimiento a su imperecedera memoria.

Santiago de Chile, agosto 2025


Don Ignazio Garau fue un sacerdote italiano conocido por su compromiso con los más pobres y marginados. Su vida estuvo marcada por una profunda vocación religiosa y una dedicación incansable al servicio comunitario, especialmente en la localidad de Mogoro, en la isla de Cerdeña.

 Obra y legado

  • Se han publicado varios volúmenes sobre su vida, incluyendo «Il Diario e gli altri scritti. Una vita per Dio e per gli ultimi», que recoge sus reflexiones y escritos personales.
  • A 31 años de su fallecimiento, su figura sigue siendo un referente espiritual y ético, considerado por muchos como un “maestro, amigo y santo”.
  • Fue homenajeado por autoridades locales y eclesiásticas, como el obispo de Ozieri y el alcalde de Mogoro, en eventos conmemorativos que incluyeron testimonios y música tradicional.

Aporte cultural

  • En 1971 fundó el Grupo Teatral en Carloforte, una compañía que ha mantenido viva la cultura local a través de obras teatrales en italiano y dialecto.
  • La compañía, que hoy lleva su nombre, se convirtió en una institución cultural, con presentaciones dentro y fuera de Cerdeña, y sigue activa gracias al recambio generacional y el cariño del público.

Reconocimiento comunitario

  • En el aniversario de su muerte, la comunidad de Mogoro lo recordó como el “prete dei poveri”,  (el “sacerdote de los pobres”), destacando su amor por Dios y por los más necesitados. Su vida es vista como un ejemplo de fe vivida con coherencia, humildad y acción concreta.
  • Hoy en día, Don Ignazio Garau es recordado con profunda admiración y cariño, especialmente en la comunidad de Mogoro, Cerdeña, donde dejó una huella imborrable como sacerdote, guía espiritual y defensor de los más necesitados.
  •  En los aniversarios de su fallecimiento, se realizan actos conmemorativos donde se le describe como “maestro, amigo y santo”.

 Inspiración espiritual

  • Sus escritos y diarios han sido recopilados en publicaciones que revelan su pensamiento profundo y su sensibilidad pastoral.
  • Muchos lo consideran un modelo de vida cristiana, y su figura sigue inspirando tanto a creyentes como a quienes valoran el compromiso social.

En resumen, Garau no solo es recordado como sacerdote, sino como un hombre íntegro que vivió para los demás

Fragmentos de sus escritos

No hay una recopilación digital ampliamente accesible de los escritos completos de Don Ignazio Garau, pero sí existen publicaciones y homenajes que incluyen fragmentos de sus reflexiones y pensamientos. Uno de los más destacados es el libro “Il Diario e gli altri scritti. Una vita per Dio e per gli ultimi”, que recoge parte de su diario personal y otros textos espirituales.

Aquí hay algunos fragmentos representativos que han sido citados en eventos conmemorativos y publicaciones italianas:

Fragmentos destacados

“La fe no es una teoría que se aprende, sino una luz que se vive.” Este pensamiento refleja su enfoque práctico y vivencial de la espiritualidad.

“Dios está en el rostro del pobre, en el silencio del marginado, en la esperanza del que no tiene nada.” Una frase que resume su compromiso con los más vulnerables.

“No basta con predicar el Evangelio. Hay que encarnarlo en cada gesto, en cada mirada, en cada paso.” Una invitación a vivir la fe con coherencia y acción.

La influencia de los escritos de Don Ignazio Garau en la pastoral social en Cerdeña ha sido profunda y duradera, especialmente en comunidades como Mogoro y Carloforte, donde su legado espiritual sigue vivo. Aunque no existe una doctrina formalizada a partir de sus textos, su pensamiento ha permeado la acción pastoral a través de su ejemplo y sus reflexiones.

Inspiración para una pastoral encarnada

Los escritos de Garau, centrados en la dignidad humana, la cercanía con los pobres y la vivencia concreta del Evangelio, han servido como guía para una pastoral social que:

  • Prioriza la inclusión de los marginados y excluidos.
  • Promueve la justicia social como expresión de la fe cristiana.
  • Fomenta la acción comunitaria, no solo desde la caridad, sino desde la transformación estructural.

Reflexiones que han marcado estilo pastoral

En sus diarios y cartas, Garau insistía en que:

“La fe se verifica en el compromiso con el otro, especialmente con quien no tiene voz.”

Este tipo de pensamiento ha sido adoptado por parroquias y grupos pastorales que buscan una evangelización comprometida con la realidad social, especialmente en zonas rurales y empobrecidas de Cerdeña.

 Impacto institucional y comunitario

  • Su legado ha influido en la formación de agentes pastorales que entienden su labor como servicio liberador, no solo litúrgico.
  • Ha inspirado iniciativas como comedores comunitarios, grupos de teatro con enfoque social, y espacios de escucha para personas en situación de vulnerabilidad.
  • En eventos conmemorativos, obispos y líderes locales han citado sus escritos como modelo de pastoral profética, que denuncia la injusticia y anuncia esperanza.

En resumen, Garau no solo escribió sobre Dios y los pobres: vivió lo que predicó, y eso ha moldeado una pastoral social en Cerdeña que busca ser más humana, más cercana y más transformadora.

Don Ignazio Garau es  una figura profundamente querida en Cerdeña por su compromiso espiritual, social y cultural.

Orígenes y vocación

Don Ignazio Garau nació en Italia y desde joven sintió una fuerte vocación religiosa. En 1968, con apenas 24 años, llegó a Carloforte como vicepárroco en la iglesia de San Carlo Borromeo. Su llegada marcó el inicio de una transformación pastoral y cultural en la comunidad.

Compromiso social y pastoral

  • Fue un sacerdote profundamente comprometido con los más pobres y marginados, ganándose el apodo de “el prete dei poveri” (el sacerdote de los pobres).
  • Vivió su fe con coherencia, cercanía y acción concreta, convirtiéndose en un referente espiritual y ético para la comunidad de Mogoro, donde también ejerció su ministerio.
  • Promovió una pastoral abierta, inspirada en el Concilio Vaticano II, que buscaba integrar la fe con la realidad social contemporánea.

 Legado

  • Falleció hace más de tres décadas, pero su figura sigue viva en la memoria colectiva. Es recordado como maestro, amigo y santo, y su vida continúa inspirando a nuevas generaciones de creyentes y agentes pastorales.
  • Su legado se celebra cada año con actos conmemorativos, testimonios y presentaciones culturales que mantienen viva su obra.

El paso de Don Ignazio Garau por Chile, y en particular por Curanilahue, dejó una huella significativa en el ámbito social y pastoral. Aunque no hay abundante documentación pública sobre su estadía, su legado se refleja en instituciones que llevan su nombre y en el impacto que tuvo en la comunidad local. Fue una figura inspiradora para proyectos sociales en Chile, especialmente en zonas con alta vulnerabilidad como la provincia de Arauco.

Don Ignazio Garau llegó a Curanilahue en 1974 para ejercer como sacerdote en la Parroquia San José. En ese contexto, se encontró con una comunidad marcada por la pobreza, el trabajo duro en las minas de carbón y una fuerte necesidad de acompañamiento espiritual y social.

Su enfoque pastoral fue radicalmente cercano: vivía entre la gente, compartía sus dificultades y promovía una fe encarnada en la vida cotidiana. No se limitaba a los sacramentos; su labor incluía educación, cultura, asistencia social y organización comunitaria.

Don Ignazio Garau no solo dejó huellas físicas en Curanilahue, sino también espirituales y culturales:

  • Su estilo pastoral sigue siendo recordado como profético, humano y transformador.
  • La comunidad lo considera un referente ético, un “santo del pueblo” que vivió el Evangelio con radicalidad y ternura.

Mogoro recuerda a Don Ignazio Garau, el «sacerdote de los pobres» (2024)

En el 31 aniversario de su muerte, la ciudad rindió homenaje al difunto sacerdote

En el 31º aniversario de su muerte, la comunidad de Mogoro quiso rendir homenaje a la figura de Don Ignazio Garau, un hombre y sacerdote que dejó una profunda huella de su amor a Dios, a los pobres, a los jóvenes y a los excluidos.

Todos en el pueblo lo recuerdan con mucho cariño, a la par de Carloforte y en Chile, donde el sacerdote desarrolló su actividad pastoral.

Después de la oración de sufragio durante la Santa Misa celebrada en la iglesia parroquial de San Bernardino, se colocó una ofrenda floral en la calle que lleva su nombre.

Para mantener vivo el legado dejado por el sacerdote, el año pasado se presentó el tercer volumen sobre «Don Ignazio, un maestro, un amigo, un santo – El diario y los demás escritos». Su fama sigue creciendo hoy en día y quienes lo conocieron ciertamente no lo han olvidado.

Con una iniciativa anual, sus numerosos admiradores continúan en el esfuerzo de dar a conocer la vida de un religioso consumido por los demás a través del servicio a los más pobres y abandonados.

Se mezcló con los jóvenes, escuchando sus problemas y empujándolos a participar en el trabajo social, a ser útiles a los demás, a trabajar, incluso en la pequeña parte de una comunidad insular, por una sociedad mejor y solidaria.

Las «armas» de su diseño, además de la espontaneidad de un carácter sencillo y abierto, fueron las muchas iniciativas que promovió. En esos años nació el Centro Cultural C. Colombo, un lugar de encuentro y debate sobre los temas más dispares del momento; el periódico comunitario «IoTuNoi«, muy leído y difundido, en el que él mismo escribía a veces un «escándalo» suscitante que arremetía contra la Iglesia lejana y cerrada a los grandes cambios de la época; El Centro Deportivo Italiano, para los más jóvenes, donde se llevaron a cabo muchas actividades recreativas, abiertas a todos, sin distinción, y los campamentos de verano para jóvenes, un lugar de entrenamiento, encuentro y amor por la naturaleza.

En la siguiente foto lo vemos con el grupo de teatro en Italia, en uno de sus escasos  viajes (abajo, a la izquierda, sosteniendo un dibujo).

La muerte de Don Ignazio

En 1993 falleció Don Ignazio, con quien nunca se interrumpió el contacto constante, ni siquiera en la lejana tierra chilena, y la inspiración ideal, debido a una grave enfermedad.

El legado moral y de fe de Don Ignazio fue enorme, no solo para los que lo conocimos y amamos, sino para todos los que fueron atravesados por su luz. Siempre está en nuestros pensamientos y en nuestros corazones, así como en los corazones de los mineros y agricultores de Curanilahue y Hualquì, donde dejó una huella de trabajo y dedicación que aún hoy están presentes.

Don Ignazio Garau ejerció su ministerio principalmente en la región de Medio Campidano, en la diócesis de Ales-Terralba, y en diversas parroquias de esa zona italiana. Fue conocido por su compromiso solidario con los pobres y los marginados, dedicando su vida a acompañar a los últimos de la sociedad con gran amor y humildad. Su labor no se limitó al ámbito local, ya que también realizó actividades misioneras en otros países, incluidos algunos lugares de América Latina, como Chile, que fueron motivo de gran inspiración para quienes lo conocieron.

La figura de Don Ignazio es recordada y celebrada con cariño en su tierra natal y más allá. Por ejemplo, en Ussaramanna, su memoria se conserva a través de una asociación interprovincial que lleva su nombre y que promueve la solidaridad inspirada en su ejemplo. En eventos conmemorativos, se rescatan testimonios de quienes compartieron su camino y escritos suyos, como cartas destinadas a la Iglesia local que reflejan su visión del ministerio pastoral. Se han publicado varios libros sobre su vida y obra, testimonios que enriquecen el conocimiento sobre su perfil como sacerdote y como persona entregada a Dios y a los demás.

La gente que lo conoció destaca no solo su dedicación religiosa, sino su capacidad para conectar con la cultura y las realidades humanas de sus comunidades, como lo muestra el hecho de que incluso interpretaba canciones en idiomas extranjeros, generando emoción y cercanía. Su legado continúa siendo un punto de referencia para fortalecer la fe y un estilo de vida cristiana centrado en la caridad y el servicio.

En resumen, Don Ignazio Garau es considerado un maestro, amigo y santo para muchos, un sacerdote cuya vida ofreció un testimonio vivo de entrega absoluta a Dios y a los pobres, inspirando a futuras generaciones a seguir su ejemplo con humildad y amor profundo hacia los demás. Su figura sigue siendo valorada como un modelo de santidad laica en el mundo contemporáneo.

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