JUNTOS


Se conocieron
Y pensaron que era cosa del destino.
Ella caminaba como en el aire
Y él tropezaba hasta con las piedras.
Sus parientes les dijeron :
“ustedes no se parecen en nada, excepto en el rostro”
Y a pesar de que no estaban hechos el uno para el otro
Se fueron a vivir contentos
En aquella casa junto al río.

Y juntos estuvieron

Ella no tenía la costumbre de mentir y él nunca
Había dicho toda la verdad
Pintaron juntos las paredes
Y juntos lavaron los pañales que les tocó lavar
Al despertarse, ella bajaba de la cama
Tarareando melodías que no existen
Por las tardes él volvía del trabajo
Silbando las mismas melodías

Pero no estaban hechos el uno para el otro.
En las noches que abrazados miraron hacia el cielo
El no advirtió las estrellas que ella vio caer

Con los años él decía :
“Te conozco; a ti te pasa algo”
Ella respondía : “ no me pasa nada”,
Y murmuraba “tú no me conoces”

Juntos los sorprendió la inundación,
El terremoto y la sequía
Y a pesar de que arrancaron cada uno por su cuenta
Volvieron a encontrarse en medio de las ruinas
Pero no estaban hechos el uno para el otro
Cuando ella consiguió que él dijera toda la verdad
El debió inventar mentiras
Para que ella no llorara

Así que envejecieron juntos

En su lecho de enfermo él le dijo :
“ ¿Irías a ser ciega que Dios te dio esas manos?»
Y agregó, despacio : “Ya no te quiero, es cierto,
pero cuánto te quise”
Ella lo arropó y besó su frente ardida
Mientras sentía la punzada de aquel viejo rencor:
“va a morirse hablando con palabras de otros” , – pensó–
Y lo hizo dormir tarareando una melodía inexistente
Cuyos sonidos y silencios  él soñó que conocía.


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