Mi Curanilahue de maderas


chue14     

La primera semana  de marzo iba a renovar esta página. Para eso contaba con un nuevo libro de poesía, algunos cuentos y un par de canciones. Y, sin embargo,  no será así.  El terremoto también movió de un lugar a otro las  prioridades.


Nada malo nos pasó. Salvamos sin un rasguño. No tengo muertos que contar ni desaparecidos.  Pero estuve varios días  sin atreverme a salir del cascarón; paralizado, escuchando las noticias, viendo las imágenes y tratando de comunicarme por teléfono, igual que ustedes, con un dolor  que no puedo decir bien de dónde viene. Me duele  mi Curanilahue de casas  como cajoncitos de madera, me cruje entero  todavía,  aferrándose a los cerros en esa oscuridad inmensa, sin poder evitar la caída, estirando sus desnudos brazos mientras se hunde como los socavones agujereados de sus minas; mi Curanilahue de  bosques  y  aguas, de  música  y de cielo. Me duelen  mi San Pedro de la Paz,  donde  mis hermanos y yo levantábamos el vino celebrando con nuestros padres en los veranos cubiertos  de  zancudos  ;   mi Concepción  universitario, el de las primaveras ,   huelgas y metrallas;  mi  Coliumo de la  infancia,  cruzando en bote hacia Dichato;  mi Llico en la provincia de Arauco , a cuyas orillas del mar hace veinte años quiero irme a vivir ; mis delgados pueblos de Cerro Alto y Los Alamos ; mi Cañete de  abuelos muertos y  mapuches, mi Lebu, partido en dos mitades  en un verso de Rojas , mi Tirúa ,mi Quidico de arenas,  mi Contulmo  de montañas y lagos , mi Plegarias de  otros abuelos muertos, mi  puente Ramadillas a cuya sombra  nos amamos, ¿te acuerdas? ; mi Puntalavapiés  ,de roqueríos,  cuyos cerros ya habían sido trepados  por las olas, según me contó un anciano que escapó con vida; mi Isla Santa María, mi Lota-Coronel, en fin, todo aquello que antes era. 
  
A veces logro animarme y quiero partir a ver a mis parientes y amigos , pero no sé si se puede llegar y cómo. Ellos están bien,  lo sé , porque al fin repusieron las líneas telefónicas y es posible comunicarse . Ya llegará el momento de ir a verlos, como también llegará el momento de  ayudar.  Varias veces tuve el impulso de iniciar una campaña para conseguir víveres , camiones y partir , pero esa iniciativa requiere mucho apoyo y una organización que me supera. Por el momento estoy disponible para sumarme a cualquier iniciativa en favor de Curanilahue. Si alguien sabe  de alguna, por favor, avíseme.
 Las noticias que tengo de Curanilahue  son muy pocas , pero esta página puede servir para que las compartamos. No se trata de compartir rumores, se trata de compartir información, noticias que tengan  respaldo, fotografías, comentarios, ideas para apoyar, etc. 
  Un abrazo para todos y todas ustedes


2 respuestas a “Mi Curanilahue de maderas”

  1. Nuestro Colegio , Francisco de Miranda, inció una campaña solidaria para ayudar a Curanilahue.
    Los lazos que unen al colegio con esa zona los propició usted , don Francisco, cuando pasó dejando huellas como rector de nuestra institución.
    Un gran abrazo.

  2. Estimado Profesor, soy un ex-alumno del Liceo B-51 y estoy radicado en Iquique hace 15 años. Actualmente trabajo en una empresa minera de cobre en donde siempre converso y comparto las vivencias de mis padres y abuelos que fueron mineros del carbón, el cual es un tema muy interesante entre mis compañeros de trabajo. Le escribo para que Ud. me envíe el reportaje del Diario El Pehuén donde habla sobre la tragedia de los 21 mineros ocurrida en el año 1989; y una canción que fue dedicada en honor a los fallecidos. Espero tener una respuesta favorable de su parte a mi petición, de antemano muchas gracias.

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