Tú eres mi heroína,
siempre lo has sido;
pero no me había dado cuenta,
un poco ciego , un poco sordo, como estaba.
Por el rabillo del ojo menos malo
te veía andar con prisa,
remediando el estropicio.
En las tardes te escuchaba
arrastrar la escoba por el piso de maderas
mientras entonabas canciones familiares
apenas audibles para mis oídos arruinados.
Por las noches te acercabas a mi cama,
me abrazabas y decías, con cariño :
“yo te quiero , tú eres el amor de mi vida”
Pero tus palabras me llegaban
disfrazadas por el viento
como llegan las canciones que vienen desde el bosque.
Ya te dije que la vanidad
me tenía ciego, sordo y mudo.
Tú eres mi heroína ;
lo digo de frente y en voz alta,
sin las rimas y parábolas
que tanto me enredaban.
Pero ya no queda nadie en la ciudad para escucharlo.
Es muy tarde y la verdad a nadie le interesa;
la suerte ya está echada,
estamos otras vez desnudos.
Tú eres mi heroína,
siempre lo has sido;
pero no aplaudí con entusiasmo
cuando componías los entuertos,
enderezabas los caminos …
más bien te criticaba
o no te comprendía.
Debes recordar, sin duda,
que entonces yo no andaba
sino a ras del suelo.
Tú eres mi heroína ,
siempre lo has sido.
Y ahora que se extiende el vacío por delante
y he recuperado el habla, la vista y el oído,
te ruego que me lleves a volar contigo , superniña;
de seguro que seré más hombre , agarrándome a tu capa,
de lo que fui toda la vida.
Llévame a volar muy lejos,
más arriba de las nubes
y no volvamos nunca.