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COMO EL TEMPLE DEL SILBIDO
“Levántate y escribe tus últimas palabras”, me dijo la muerte, sentándose en mi cama. “Voy y vuelvo”, dijo la parca , y salió, mientras yo buscaba a tientas un lápiz y anotaba estos versos como si un ángel me dictara: “Quiero morir reconfortado como el corazón del niño que por fin recuerda el camino a …