Ahora las muchachas visten jeans
y poleras ajustadas.
Sin sostenes caminan por aquí,
balanceando alegres
sus redondos pechos.
Y uno puede mirarlas
directamente a los pezones
sin ruborizarse.
Zumba el aire caliente del verano
y en el árbol los insectos
chupan persistentes
el dulzor de las cerezas.
Así es la vida aquí,
ahora ;
y uno mira todo ,
más viejo
y menos pudoroso.
(De: El Convoy del insomnio)